lunes, 4 de septiembre de 2017

El acceso a nuestra identidad a través del cuerpo


Cuando se es capaz de acceder de forma directa al cuerpo, se produce de forma muy rápida un cambio emocional. Se puede llegar a las emociones a través del cuerpo de varias formas. 

Una de ellas es controlando la postura, el nivel de tensión muscular y la manera de movernos. Estamos muy acostumbrados a controlarlo todo desde la mente, tanto que muchas veces nos resistimos a creer que un simple cambio en la postura pueda tener un impacto tan grande en nuestra forma de sentir, percibir y razonar...


Por ello es importante mover el cuerpo, hacer ejercicio. Tan relevante es lo que se está explicando que el ejercicio no sólo está asociado a con una disminución de la muerte prematura, sino que también produce un aumento de la generación de neuronas en áreas cerebrales encargadas de llevar a cabo nuevos aprendizajes. Una de estas áreas, llamada hipocampo, es muy importante para regular la amígdala, encargada de provocar el pánico y la ira. Por eso, la gente que cambia su vida sedentaria por algo de ejercicio, siente que se altera menos ante los acontecimientos que podríamos considerar como negativos. 

Negarse a seguir la reacción de automatismo en la postura lleva, poco a poco, a la manifestación de una respuesta más natural. De alguna manera, no puede suceder lo correcto hasta que no dejamos de hacer lo incorrecto.  

Muchos hábitos cierran puertas y para abrirlas solo se necesita prestar más atención a lo que hacemos, sin juzgar, solo convirtiéndonos en el observador que llevamos dentro. 


Metodologías como el yoga, Tai Chi Chuang o el Qi Gong son tan potentes y efectivas porque también ellas nos ayudan a armonizar y equilibrar nuestra mente a través del cuerpo. Todas ellas, desde hace miles de años, nos vienen revelando algo fascinante: el cuerpo posee una sabiduría que el pensamiento no alcanza a comprender. 

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