lunes, 3 de julio de 2017

¿Eres tu realidad? Observando al observador


El observador hace que “algo sea” por su toma de conciencia. La física cuántica demuestra que la realidad que conocemos del mundo exterior no puede existir sin la percepción o “realidad” de nuestro mundo interior.

Por eso el mundo se podría comparar con una gran pantalla de cine en la que se proyectan nuestras creencias, programas y nuevos aprendizajes que conformarán entre todos el collage de nuestros acontecimientos. Y a este mundo se le llamará realidad, que viene a ser, en definitiva, la expresión de la conciencia del observador y que consta de la parte colapsada visible que vemos y de otra realidad no visible que es el campo cuántico.vida, 

Cuando eres consciente de esto, sabes que la realidad cotidiana dependerá de cómo decida observar ese día, es decir, con qué conciencia...


La forma de actuar según las leyes de la física cuántica en nuestro día a día cotidiano es haciéndonos responsables de la realidad que estamos viviendo. Pues somos la causa última de los acontecimientos que experimentamos. Esto significa que estamos obligados a tomar las riendas de nuestra vida y a preguntarnos qué podemos hacer para cambiarla o mejorarla.

Desaparece el paradigma mecanicista de Newton donde todo era predecible y la persona no se relacionaba con lo que le rodeaba, sin que existiese libre albedrío. Reaccionamos ante lo que nos acontece pensando que podemos librarnos de ciertas consecuencias molestas. Pero para que esto último se haga real, hemos de desprendernos del paradigma que seguimos por inercia: “estamos separados de lo que nos rodea, no somos responsables de lo que nos ocurre sino meras víctimas de las circunstancias.”

Cuando tomamos conciencia cambiamos nuestra percepción, por tanto se cambia a su vez la realidad.

Para comenzar con el primer paso de toma de conciencia hemos de centrarnos en cambiar nuestros pensamientos sobre diversos acontecimientos. Así el libre albedrío irá aumentando de forma paralela a la toma de conciencia que vamos haciendo, pues, a su vez, trascendemos nuestra programación inconsciente. Esto nos posibilita el cuestionarnos a nosotros mismos, y con ello, aparece la semilla de que quizá sea posible cambiar algo.

La causa del sufrimiento no depende las circunstancias que tenga una persona, sino de su percepción de las mismas. Si una misma experiencia se repite una y otra vez, hemos de saber que aún tenemos que cambiar la percepción y dirigir la causa de nuestra experiencia a uno mismo.

Esta conclusión se aplica del conocimiento de la interconexión con todo lo que explica la mecánica cuántica. La persona tiene un gran poder en su mano: el de la dualidad, que es en el que nos regimos la mayoría de los seres humanos, donde todo está separado, o elegir vivir desde la unidad, donde somos un todo.


Robert Lanza, científico, comenta que las decisiones que tomamos en nuestra vida se hace a más velocidad de lo que tardamos ni siquiera en en darnos cuenta de que ya la hemos tomado. Esto se debe a que las conexiones electroquímicas del cerebro viajan a más de 380 km/h. Así que, el cerebro y la mente operan por sí solos, sin necesidad de que intervengan los pensamientos del exterior, que también se producen por sí solos. Teniendo en cuenta esta premisa, el control que creemos ejercer en nosotros es, en gran medida, una ilusión.

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