lunes, 10 de abril de 2017

La Duda


La duda surge cuando nuestro ego dispone del pasado para crear y controlar un nuevo futuro.

Lo que se busca cuando se duda son garantías para poder controlar el futuro...


La duda genera la energía del estancamiento y del miedo. Cuando se está en amor, es todo tan perfecto que no hay nada que controlar, simplemente observar lo que hay para ti en esa situación que se vive.

Cuando vives sintiendo es fácil no dudar, porque lo que hay son certezas que te abren el campo de los milagros. Si estás en mente, no estás en amor y el ego intentará llevarte a lo fácil, a lo conocido, a todo lo que implique seguir en la zona de confort, camino diferente del regreso a ti.

Hay que apartarse de uno mismo y de sus apegos para escuchar el corazón, que es el único que sabe el camino al hogar.

El ego te lleva al sufrimiento y sí necesita garantías. El alma no necesita garantías, en el amor no hay garantías. Un instante de amor pleno es mejor que treinta años de no sentir nada.

Porque cada vez que buscamos garantías estamos lejos de nuestro centro, de nuestro amor y de nosotros mismos.

En el amor no hay error, duda ni juicio, sólo experiencias. Y no se necesita buscar consuelo en los demás. Sólo busca consuelo la víctima, que persigue verdugos para seguir siendo víctima.

Cada vez que señalamos y juzgamos a alguien estamos decretando que se merece un castigo. Cada vez que juzgamos hacemos un acto de desamor para que, quien realmente merezca el castigo, seamos nosotros mismos.

Cuando juzgamos hacemos una sentencia de ausencia de perdón que nos lleva a la infelicidad.

Sólo si eres consciente de que estás en el mundo para experimentar y de que si te equivocas no mereces un castigo, no te sentenciarás a la infelicidad. Si no te amas lo suficiente señalas a los demás y los juzgas para, realmente, sentir sobre ti mismo la culpa.

Para amar no se necesita una pareja, un trabajo… sino volver a tu corazón y ser valiente para dejar que te amen y amar.

Para sentir amor hay que estar presente. No se puede amar si no estás aquí y ahora. Y si no amas, no puedes gozar.


Así que, amemos, gocemos y disfrutemos de estar vivos.

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