Descansa, deja a un lado por un momento los manuales
que enseñan a vivir, detente ya, mientras lees estas líneas. Mira hacia atrás
por un instante y ve el camino recorrido...cuánto has aprendido y cuánto fue
urgente des-aprender. Porque sentir todo el tiempo que necesitas saber más para
"ser", es angustiante. Porque ahora es tiempo de festejar la persona
que eres.
Conseguir
objetivos no da la felicidad si no sabemos cómo y para qué hemos llegado hasta
ellos. Si no se sostiene ni se acompaña aquello que crees que te dará la
felicidad, te hará infeliz, ya que todo lo que sube sin consciencia se desmonta
y seguimos en la búsqueda de ser feliz sin apreciar que somos ya felices aquí y
ahora...
Para recorrer el
camino de la vida se necesita de mucha honestidad. Y si estás transitando el
verdadero camino, se disfrutará cada instante, pues tenemos la oportunidad de
compartir la vida con quien realmente amamos y de realizar el trabajo que queremos.
Para ser feliz
lo único que se necesita es amar, ni siquiera ser amados. Cuando de verdad nos
amamos somos conscientes de todo el amor que hay en nosotros. Nadie que no se
ame puede indicarte cómo llegar a la felicidad. Estamos atrapados en lanzarnos
mensajes negativos que crean un alto impacto en nuestro cerebro y nos quitan el
permiso de ver que somos felices.
Puedes no tener
dinero y ser abundante, o ser millonario y sentirte agobiado y atrapado por
mantener esa fortuna y por crear más.
Si criticamos y
nos quejamos, no dejamos salir de nuestra vida aquello o aquel a quien criticamos.
Entonces nunca podrán entrar nuevas oportunidades o nuevas personas. Mientras
te quejas de una situación no nos damos cuenta de descubrir todo lo positivo
que nos aportó esa situación, trabajo o persona.
Generalmente no
sabemos lo que nos daría o nos quitaría felicidad. Estamos en el mundo de
repetir las doctrinas que la sociedad cree que nos lleva a logro. Pero eso son
recetas de la felicidad de gente infeliz para que no le muestres que es posible
ser feliz.
La felicidad es
un derecho del ser humano. Se puede ser feliz sin tener nada. Pero no se puede
ser feliz si no me tengo a mí, si no me siento a mí en mi, conmigo, acompañándome.
Para ello tenemos que quitarnos todas las creencias que nos han inculcado,
sentir nuestro cuerpo y volver a nuestro corazón.
Cuando somos conscientes
de que no necesitamos nada ya que todos tenemos salud, un sitio donde dormir y
un sitio donde comer, comprobamos que lo tenemos todo. Es entonces cuando no
hay motivo de queja y te das cuenta de lo rico que eres, de todo lo que tienes
disponible cada día.
Cuando en ese
estado observas a la gente que te rodea, puedes ver que la mayoría no quieren
ser felices. Aparece con ello la culpa, tan instalada en el inconsciente colectivo,
que intenta boicotearte, susurrándote el “cómo te vas a atrever tu a ser feliz
si los demás no lo son”, y nos avergonzamos de ser demasiado guapos, listos,
amorosos…
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